A Iván Larroca.
De la luna el novio mas fiel.
Mirando una ventana de cielo diáfano, extendido soberbio sobre Buenos Aires, descanso inquieto, en un blanco sillón de época.
La luna es una rodaja de luz abriendo una herida en la noche, silenciosa, altísima y solitaria.
Respiro con esa calma precipitada que uno tiene cuando esta levemente nervioso, cuando se siente vivo pero no sabe muy bien porque, ni encuentra motivos para reflexionar sobre que papel interpreta en el universo, y si así fuera, porque es un papel tan secundario, tan hosco...
Intento cambiar varias veces de posición para estar mas cómodo y así poder conciliar el sueño, para buscar referencias previas, coordenadas para saber volver del viaje onírico.
Hay algo intimo y triangular entre la soledad la noche y el hombre.
Mirando una ventana de cielo diáfano, extendido soberbio sobre Buenos Aires, descanso inquieto, en un blanco sillón de época.
La luna es una rodaja de luz abriendo una herida en la noche, silenciosa, altísima y solitaria.
Respiro con esa calma precipitada que uno tiene cuando esta levemente nervioso, cuando se siente vivo pero no sabe muy bien porque, ni encuentra motivos para reflexionar sobre que papel interpreta en el universo, y si así fuera, porque es un papel tan secundario, tan hosco...
Intento cambiar varias veces de posición para estar mas cómodo y así poder conciliar el sueño, para buscar referencias previas, coordenadas para saber volver del viaje onírico.
Hay algo intimo y triangular entre la soledad la noche y el hombre.
Algo así como una novela rosa de celos, besos, despedidas y reencuentros; con la salvedad que siempre es uno el protagonista, el actor impar, el vértice clave donde se tensiona la trinidad.
Algo si como la fuerza, que para bien o para mal desarmoniza lo que escrito parece tener sentido:
Soledad, noche, hombre.
Eso que se presume, que se sabe esta latente y ejerciendo una poderosisima fuerza imaginaria, a mi entender un tironeo simbólico, físico muchas veces, y esencialmente cotidiano que existe en el hombre, esa batalla total entre la soledad y la noche.
Ese detalle: " hombre solo en la noche " o quizás " Hombre de noche en soledad " o como tantas combinaciones resista.
Hay algo que se pierde todos los días.
Hay algo que se gana todas las noches.
Beber una copa en la penumbra con tu nombre acariciando en el hielo, no diremos que esta mal.
Alejarse lentamente de todo lo que oxida, abrir las ventanas, contar estrellitas.
Olvidarnos de todo.
Dibujar en el cosmos.
Alumbrar la tristeza para que no nos de miedo y no nos ponga tan tristes.
Mirar con la amabilidad de siempre, sonreír sinceros para el fantasma que nos visita.
Soledad, noche, hombre, movamos las fichas, el juego apenas comienza...
Miremos adelante sin perder la perspectiva
Pd: La noche no siempre es un buen lugar para estar solos, atentos, pero siempre, siempre invitara la copa del que recuerda.
Ventana que mira la noche, no cierres los ojos que no hay sueños de luna y el sueño se ha ido.
Miremos adelante sin perder la perspectiva
Pd: La noche no siempre es un buen lugar para estar solos, atentos, pero siempre, siempre invitara la copa del que recuerda.
Ventana que mira la noche, no cierres los ojos que no hay sueños de luna y el sueño se ha ido.
1 comentario:
"Aquella noche a las 10 de la mañana..." asi comennzaba un poema que amenazaba de Joaquin en una de sus entrevistas... Yo prefiero la noche vestida de noche sin ningun pedir atuendo prestado. Y la noche en soledad...quien tendra la osadia de conseguirle cita, pareja? El eterno romance de la oscuridad con esa bomba de luz que es la luna es todo lo que necesita un buen espectador a nivel del suelo para entender lo poco, o nada, que ha recorrido...
Abrazo querido!
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