miércoles, 7 de enero de 2009

HERMOSO CAMAFEO.


A Ludo, por las tardes, las noches, y las alegrías muy a pesar de todo.


" El poema que no digo, el que no merezco. Miedo de ser dos camino del espejo: alguien en mi dormido me come y me bebe. "

*Alejandra Pizarnick,
Árbol de Diana.

HERMOSO CAMAFEO.

Te tallo en el aire y elevo plegarias al suelo, sin esmeralda ó cincel.
No enciendo cigarros ni escucho ladrar los perros, y ya no corro cometas, tampoco rompo los vidrios de ninguna tristeza que se pueda volver ventana y me sepa mirar, sin preguntas ni respuestas.
Respiro.
Cien veces respiro de una sola vez.
Suspiro dos siglos, bostezo mil años, me ausento un instante.
El calor en mi nombre, mutila botellas, aniquila sin agua ni tregua mi sed.
Estoy sintonizando sin antenas, sin transmisor ni mensajes.
Tallandote con las manos, tan solo con mis manos y férrea mi fe.
Me esculpo en acordes y te escucho en silencio, en un preludio de siesta, con violín y chicharra, sinfónico y solo, rodeado de flores, casi del cosmos todo.
Me vuelvo forma sin sombra, sin ansiedad ni sombrero.
Me inquieto, y me oriento, (al fin), al sopor y la calma quietud sin calma.
La tarde se cae, una y otra vez, una y otra vez en forma cansina y calcada.
Obtuso yo, no hago mas que repetirte en ofrendas ajenas y propias propuestas.
Me excedo.
Me excedo, moderadamente me excedo exquisito.
Incendio un reloj y bailo a mi antojo, inundo un dolor y nado a sus anchas, siembro tu nombre y maduro en tu fruto, carnoso, vital, prohibido de mi.
Clandestino me juzgo y a tus leyes no cedo, ni mi fusil ni sus notas, ni las clavijas (ni muerto las cuerdas), ni el do mayor en reposo ni el Si nervioso del quiero.
Recojo fugaces estrellas que no parieron deseos, bufandas perdidas en otros inviernos, veranos cansados, recojo hormiguitas, mis sueños guardados, mis ganas, mi nombre.
Espero bandadas de notas a orillas del instrumento, las espero en silencio, regresan de valles, de lejanos mapas, de cercano tiempo, de frondosos verdores, fertiles canciones de tus regiones sagradas.
¿ Quien te volvió camafeo en la piedra de mi alma ?
¿ Quien olvido preguntarme si podría ser el momento ?
Concluyo en azules y flores de Enero, esbozo argumentos, excuso al mar mi elemento, a su sal y a los vientos.
Sonrío en cuarto menguante, me voy hacia el alba como un buen caminante, casi como poeta oceánico universal.
Excuso a las piedras, excuso al amor, excuso tu forma y a todo color.
Ya soy de las horas, ya no espero ni esperan y dudo algún día que puedas dudar, camafeo en la luz, hermoso eres de sombra, de noche de luna y de cruz.

1 comentario:

ella dijo...

siembro tu nombre y maduro en tu fruto, carnoso, vital, prohibido de mi.

bello el rosal que le inspira esto.


mi respeto y cariño