domingo, 14 de diciembre de 2008

TE EXTRAÑO.


No hay forma de revertirlo, te extraño casi de una manera publica,
ostensiblemente te extraño, mujer celeste.
Meto dinamita y me detono en un Fa mayor sostenido (en el aire),
rompo la cuarta, quedo en cinco cuerdas y en un rincón.
No dibujo pero escribo tu nombre y me silencio, leo poemas mojados, y saco la pava del fuego.
Salgo al sol, me fastidio, entro a casa, me ausento.
Me asomo al alma, llueve.
Recurro al verde y al amarillo, ya casi es verano.
En la ventana, creo verte llegar, casi volviendo a mis cosas.
Tus designios, el aspecto de los astros y tus ojitos tristes y brillosos.
Pienso en trenes muertos, en sus andenes y en las vias que se pierden a lo lejos, pienso:
"Debería decirte lo que aún no sabes", o quizás, es decir, seguro lo sabes, solo que no nos hemos convencido.
Me extravío.
Miro a mi madre, lloro callado, pienso en mi padre, inevitablemente sonrío, yo no puedo reconocerlo muerto, para mi duerme.
Regreso, escribo esto y aquello.
Digo tu nombre sin querer, pero queriendo. Queriéndote en un estado crepuscular y febril.
Voy hacia el cono de luz de este día de Diciembre geometricamente alineado a tus caprichos de Abril.
Voy, segmentado y proporcionalmente nostálgico a tu felicidad.
Me multiplico y divido las horas, otra vez estoy por partir, y otra vez sin ti.
Naufrago en el mar de la indiferencia, sobre mi corazón de madera, ardiendo en la sal y la inmensidad de lo que no es, de lo inasible, lo indómito, la perplejidad.
Ahora me vuelvo, y me provoco.
Y digo, indudablemente dudo, pero confío. Tengo la fe superior por estos días.
Mujer celeste.
Estoy a la vera, esperando tu cósmica señal.
Estoy sin guitarra, con ansiedad, con sed y sin delfines.
Estoy con papel, con tinta y sin libro.
Estoy. Mujer celeste, estoy. En pretérito perfecto en sujeto y predicado.
Prosódico prehistórico estoy. Nómade y recolector.
Estoy. Ayer estoy. Hoy estuve.
Mañana, en el movimiento circular de la ciudad, me encomiendo a la reconstrucción inapelable del corazón
y sus latidos.
Regresare por allí, por donde los árboles llueven y el otoño se demora.
Flanqueare los paredones y remontare los empedrados, silbando un tanguito, por puñaditos de sombra que visten las rotas veredas del barrio, saltando, a paso tranquilo, cansino y feliz.
Te extraño, pero me muevo.
Me muevo, te extraño pero me muevo.
Me voy, pienso en pianos,
en bandadas de aves cruzando horizontes,
en conejos durmiendo,
en montañas pensando
en ventanas abiertas esperando canciones,
en canciones cerradas con la llave de Mandala,
el tiempo, el tiempo, el estricto tiempo te desnuda hoy y me viste el deseo.
Te extraño, incansablemente te extraño, mujer celeste.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Hay verborragica mujer, bailarina y frontal.

Mujer mutable e inmutable
de frente amplia, corazón contento
y verdades impecables.

La verdad absoluta, la palabra de adelante.
Despeja calles inciertas
No hay callejones ni esquinas,
solo amplias avenidas.

Suelta de ataduras, sin oscuras tentaciones,
Sin cadenas. Solo Átame en cortos de Almodóvar
En viajes inauditos, en profundas emociones
Solo Átame a rostros frontales de manos descubiertas,
Solo Átame al postor de cada día,
A la riza y la alegría.

Feriado eterno para la bella Telma,
Postura única, Louise, mujer de frente amplia.

Como hermanas siamesas nacieron,
mujer de fuego y niña de ilusiones.
Quien apostaría como ellas,
Quien apostaría emoción, silencio, viaje y locura.
Quien apostaría sexo, rizas, llanto y hermosura.
Quien apostaría paz y libertad.

Jaque mate a la dulce Telma,
ya no espera, ni espero, ni pera,
ni esperan, ni Perón, ni espera que la esperen.

Y al postor jaque mate dice Louise.
Y juntas se retiran.

Que germine en tu alma la flor.
reverencias eternas a mi, tu, vos postor
Mi camino hacia el sol.

Serenito dijo...

Precioso...

Juliana Fortini dijo...

Exquisitas palabras de amor las suyas.
Ojalá la mujer celeste lea sus palabras y vaya a por su amor a encontrarlo, cuidarlo y abrazarlo.

despojada dijo...

extrañar... verbo que no se puede evitar, aunque a veces uno sufra en el intento..

Anónimo dijo...

Extrañar regularmente lo asociamos a un incansable sufrimiento. Pero es sólo a no querer renunciar a la idea de no volver a ver al ser amado. No siempre se sufre el extrañar.

El Cochinillo exquisito. dijo...

No siempre se extrana al sufrir tampoco colega.
Gracias a todos, muchisimas gracias por su tiempo, y su opinion.

Vale la pena seguir...