domingo, 28 de diciembre de 2008

QUE VES EL CIELO.

A la ruta, con mochila y corazón y tus ojos llenandome de preguntas.

Ya pronto, en vísperas musicales me desnudare de mañana, en este instante exacto.
En la tarde, mirando la amplia ventana que me recibe, cavilo sobre tus ojos, estornudo y bebo agua fría.
Regreso de la exuberancia con una ala rota, pero la curiosidad intacta, como también la cajita donde guardo el alma y los recuerdos.
Ilumino la casa.
Como nueces y hago ruido.
No cedo ni horizonte ni montaña.
Visito mi arañita, la de la claraboya del baño, le hablo de vos, y ella, complice, se mece suavemente, cortando minusculamente los rayos de sol que la despeinan.
Me dibujo, me pregunto y pienso en la pregunta que me dibuja en blanco.
Insulto desmedidamente al Domingo y estallo locamente de risa.
Hoy me guardo todos los secretos, un color intenso y una bienvenida, las despedidas para después, total abundan y no avisan su mueca.
La ruta me provoca mientras avanza el reloj en la pared, yo solo me dejo llevar por los aromas de la casa y las puertas ya no me toman examen, ya hace rato no calculo los temores y las probabilidades, lo que pase me encontrara sintiendo limpio y llano.
Todo. A temperatura ambiente siento, todo.
Espero rojo al invierno, sobre mis presunciones y pentagramas de fin de año.
Me susurro una canción, y pienso que dirías, si yo le pusiese un moño, y así, como digo estas cosas, te digo, "ey, es tuya" has lo que quieras con ella, conmigo ya hizo lo suficiente, además, ya te dije, es tuya, y me dejo la sonrisa encendida.
Vuelvo a las nueces, ahora, ya en silencio, pero con ruidos de magia por venir.
Mi guitarra sobre el sillón duerme y me sueña en acordes, lo se, la podría reconocer aun en el vientre del bosque, cuando crecia quien sabe a donde.
Nació mía, como tu.
Aunque ni tu ni ella lo sepan, tarde o temprano nos reconoceremos, es magia, y es fe, y es sortilegio si lo ves en el cielo.
Yo lo veo.
Mira:

sábado, 27 de diciembre de 2008

LA VIDA, LOS BARES Y LAS IGLESIAS.



Y todo, pero todo, se precipita en un suspiro.
Y todo, pero todo, justifica uno a uno los caminos.

Estar vivos.
La sangre, no es solo para ser derramada, de uvas de sangre, no es el vino en mi mesa.
Tu sangre, es de mis hijos la vida.

Cada vez que cierras los ojos la luna brilla en los recovecos del alma, brilla intima y perfecta, como los sueños mas pretenciosos de la sencillez de un hombre cualquiera.
Cada vez que los abres, el sol, sin excusas, despliega la vida en el mundo.
La noche es un buen lugar para aguardar la luz.
Voy a los bares con la fe que el religioso devoto concurre a la iglesia, voy con la misma, con la exacta esperanza de creer en absolutamente todo, y al mismo tiempo, en absolutamente nada.
Ese es el juego.
¿¡ Como ganar !?
¿¡ Como elegir no jugar ni ser las fichas !?
Igualmente el absurdo tiene infinitas y recurrentes formas lúdicas.
Los bares y las iglesias se sostienen sobre una misma y perpetua cruz.
La calle recorre la vida sin saber muy bien que es calle, la vida, quizás muy tarde, suele atisbar que es vida, casi siempre, cuando se esta extinguiendo, cuando frágil y en soledad se desprende de todo lo que se conoce, para ir hacia ahí, hacia lo que todos nombran sin saber porque, sin saber que es lo que desearían saber o lo que quisieran que sea.
Dios y sus cartas marcadas, el diablo y su sonrisa siempre burlona, y su derrota anunciada, sus seductores fracasos.
Y Dios, y Dios, y Dios, atrapado en su penitencia celestial, promete que sigamos un poco mas dormidos.
Y Dios promete descanso para nada mas que su propio, su constante y obstinado cansancio.
Sera por eso que Dios y el diablo en los extremos de una misma y unica calle, esperan, un tanto resignados, insatisfechos, el opaco y sonoro sonido de sus nombres al caer en el espectro frió de la antesala de la muerte.
¿ Quien se atreve a no decirme que diré tu nombre y rompere el espejo para darte en suerte, en limpia y buena suerte, lo que me llevo por verte en todas las direcciones del viento ?
La vida,
solo hay que dejar que viva,
y no hay que dejarla sola.

viernes, 26 de diciembre de 2008

SIN TIEMPO NI LUGAR.


Gracias Ludo, por hacerme volver a la canción.
Un verdadero placer compartir el lápiz y la guitarra.

SIN TIEMPO NI LUGAR.

Sol de la siesta, licua mis ansias,
sin tu cumbre estaré mejor.

Tarde de plomo, en horas de vidrio,
mi sed se volverá feroz.

Estribillo: (Y está canción es otro adiós sin estilo, mi amor)
(Y está canción es otro adiós sin tiempo ni lugar)

Me inclino ante todo, buscando una fuga,
mi risa es una adicción.

Y te persigo con calma y con prisa,
te alcanzo en esta canción.

Estribillo: (Y este dolor no te duele mi amor)
(Y este dolor sin estilo, sin tiempo ni lugar)

Vuelvo a la canción y a la guitarra, aliviado de vos y de todos los demás, vuelvo de pie, con calor y sin miedo, con algunos fantasmas llegando con demora.
Vuelvo, precisamente esta tarde, regresando de todo y de todos, de vos y de mi amor, y de tus letras.
Vuelvo sin tiempo ni lugar pero en forma de acorde me multiplico en el aire de la tarde.
Vuelvo con mi sed joven y ancestral.
Vuelvo para irme de vos y saludarte desde mi, regalarte mi desnudez y mi mala forma en la pared, para que me vuelvas a dibujar, con la luz que irradian tus manos.
Me regreso compañera, en los reveses de verte partir, me alimento la nostalgia, sera por eso que siempre me estoy yendo en el lugar.
Me regreso y te saludo, desde mi, con una sonrisa leve, sobre la forma del alma en el rojo color del corazón.
Te saludo compañera, te canto en silencio y sana soledad.
Sobre la espalda del viento de Diciembre, me voy al no lugar.

jueves, 25 de diciembre de 2008

MI GENIO AMOR.

Disfruten el viaje, existan, deseen, froten la lampara, y lustren el corazón.

*Cover realizado por una banda tributo.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

ANSIEDAD SE ESCRIBE CON SED.



Camino, corro, caigo,
quiero todo cuando quiero, y quiero nada si me canso.
Se corroe el espiritu si me quedo quieto y me cuestiono sin cuestiones.
Clamo, grito, no comprendo, corrijo todo lo que no compro y vendo.
Creo,
¿cuando?,
¿como?,
correspondo a las cosas y a las cantidades.
Cambio, cumbia, combo, cuasi si supiera cambiar rock and roll por canto coya.
Concluye cada cosa que quisimos conquistar.
Completo y me termino, concluyo y otra vez, acierto cada cara de las cosas que no acierto.
Cayó en el zapato, cascara en el mar,
curiosidad curiosa de cuestionar lo incuestionable.
Cosquillas, complicidad y coseno lácteo tangencial.
Decid que la casa es grande y te conformo sin forma, sin consecuencias ni concretas consonantes.
Claro oscuro, con color, con calor, con canción y sin cantar.
Cara, cambio, cuesta a casa, cumbre calla la caída.
Corazón casco, coraza quieta y poeta del que quiere querer queriendo y sin querellas.
Creo que ansiedad se escribe con sed...
Con sed de calma... y sin c

viernes, 19 de diciembre de 2008

VOS EN ON

Sin halagos ni favores...

A Edgardo cachi Carignano, que vive la vida del poeta, y nos ayuda a vivir.

A su compañera, que lo cuida y nos acompaña.

VOS EN ON.

Contradictorio,

en la desmesura y en el sueño moderado,

buscame en los extremos y en las extremidades,

hablo con las manos, callo con los ojos,

y en los acordes de la noche me ejecuto de música.

Silente,

buscame en lo que hablo, que lo que callo, ya lo sabes, buscame,

despacio en el vértigo y en la ansiedad.

Inclinate hacia el sol, y enciende la reverencia,

borda los modales que me abrigan de la tempestad y la prepotencia.

Mujer soldado,

firme en el recuerdo, descansa armas por favor,

es una orden desordenada, es un ruego sin altar ni frios de la palabra,

en la trinchera los ateos elevan sus plegarias,

yo en el bar, no tomo prisioneros,

pero acribillo la sed.

Me caminan las calles y me cruzan las veredas por estos lares,

ella allí, (en su nombre guarda el de los dos),

entre los suspiros, por si el viento arrastra algún dolor,

yo creo que al final,

la soledad y el sol se llevan mal,

la luna se dibuja en los espejos y yo la respiro blanca y brillante,

cuando con la lluvia, se aleja y se acerca como el mar.

Trato de ser puntual, por eso los relojes ni me ven ni me reclaman,

y llego a cualquier hora, a tres pasos

el infierno o el edén,

yo me paso las horas,

y me amahaco con las hojas del árbol que nunca plante,

pero ya somos tronco y tiempo,

verde y raíz,

otoño y primavera.

Vos en on.

Yo totalmente off, esperando que me enciendas.



No te demores, que te espero mañana, a orillas de cualquier tarde, en la cima de la noche que jamas te alcanzara, bajo el árbol verde de la felicidad, entre arco iris y sencillez.
Belleza traes y nada pides a cambio. Sonrisa tienes para todos, y te jugarías los dientes si es necesario. Vives la vida del poeta y materia prima te vuelves, materia y energía. La felicidad te reclama, y estas siempre tan puntual y a deshora, solemne por humana humildad de no pretender ser mas que un hombre que siente a cuatro estaciones. Universal. Yo no puedo poner mis letras donde quiero, pero me exijo y me provoco, y te regalo estas letritas trasnochadas, entre velas que arden reclamando el ardor que avivo con el leño del corazón. Una botella me bebe sin piedad, cruel, se cobra en efectivo lo que le adeudo. Me figuro receptivo, buscando tu voz nombradome en el aire, comprometiendo el espíritu y el cuerpo, revolucionados, intentando ser hombres buscando la palabra y la caricia, poniéndonos de pie, no negando el alma, ni los nombres que nos nombran y nos recorren. Intentando la felicidad para los nuestros y para todos.

Pd. Aquí mi agradecimiento, para que te hagas cargo, como me ensenaste.

domingo, 14 de diciembre de 2008

TE EXTRAÑO.


No hay forma de revertirlo, te extraño casi de una manera publica,
ostensiblemente te extraño, mujer celeste.
Meto dinamita y me detono en un Fa mayor sostenido (en el aire),
rompo la cuarta, quedo en cinco cuerdas y en un rincón.
No dibujo pero escribo tu nombre y me silencio, leo poemas mojados, y saco la pava del fuego.
Salgo al sol, me fastidio, entro a casa, me ausento.
Me asomo al alma, llueve.
Recurro al verde y al amarillo, ya casi es verano.
En la ventana, creo verte llegar, casi volviendo a mis cosas.
Tus designios, el aspecto de los astros y tus ojitos tristes y brillosos.
Pienso en trenes muertos, en sus andenes y en las vias que se pierden a lo lejos, pienso:
"Debería decirte lo que aún no sabes", o quizás, es decir, seguro lo sabes, solo que no nos hemos convencido.
Me extravío.
Miro a mi madre, lloro callado, pienso en mi padre, inevitablemente sonrío, yo no puedo reconocerlo muerto, para mi duerme.
Regreso, escribo esto y aquello.
Digo tu nombre sin querer, pero queriendo. Queriéndote en un estado crepuscular y febril.
Voy hacia el cono de luz de este día de Diciembre geometricamente alineado a tus caprichos de Abril.
Voy, segmentado y proporcionalmente nostálgico a tu felicidad.
Me multiplico y divido las horas, otra vez estoy por partir, y otra vez sin ti.
Naufrago en el mar de la indiferencia, sobre mi corazón de madera, ardiendo en la sal y la inmensidad de lo que no es, de lo inasible, lo indómito, la perplejidad.
Ahora me vuelvo, y me provoco.
Y digo, indudablemente dudo, pero confío. Tengo la fe superior por estos días.
Mujer celeste.
Estoy a la vera, esperando tu cósmica señal.
Estoy sin guitarra, con ansiedad, con sed y sin delfines.
Estoy con papel, con tinta y sin libro.
Estoy. Mujer celeste, estoy. En pretérito perfecto en sujeto y predicado.
Prosódico prehistórico estoy. Nómade y recolector.
Estoy. Ayer estoy. Hoy estuve.
Mañana, en el movimiento circular de la ciudad, me encomiendo a la reconstrucción inapelable del corazón
y sus latidos.
Regresare por allí, por donde los árboles llueven y el otoño se demora.
Flanqueare los paredones y remontare los empedrados, silbando un tanguito, por puñaditos de sombra que visten las rotas veredas del barrio, saltando, a paso tranquilo, cansino y feliz.
Te extraño, pero me muevo.
Me muevo, te extraño pero me muevo.
Me voy, pienso en pianos,
en bandadas de aves cruzando horizontes,
en conejos durmiendo,
en montañas pensando
en ventanas abiertas esperando canciones,
en canciones cerradas con la llave de Mandala,
el tiempo, el tiempo, el estricto tiempo te desnuda hoy y me viste el deseo.
Te extraño, incansablemente te extraño, mujer celeste.

sábado, 13 de diciembre de 2008

HOMBRE QUE ESCRIBE DE PIE.

UNIDAD.

Y salto, y surjo
y embisto claro y puro
como aire de sauce;

Y guardo la sombra,
y me intervengo la nostalgia.

Y giro, giro,
y me cruzo a la orilla de la luz,
y me transformo en alas de delfín
para volar en lo alto de las aguas.

Y danzo, danzo
con cada nota en el cielo de las melodías,

Y escapo, me libero,
me aliviano del pozo de mi mismo,
de los pliegues congelados del alma.

Y florezco,
y soy la cresta del latido, y la faz
de la armonía,

Y vuelo, y subo,
y me detengo eternamente en el oriente del éter,

Y me fundo, me fundo
en flamas de Jaramillo,

Y venzo, venzo.
Y deshago los tentáculos allí en los (mis)
jardines de sombra,

Y me enciendo, me enciendo.
Febrilmente hasta deshojar el titiritar del escalofrío,

Y ahogo, ahogo.
Las (mis) lágrimas en el manantial de la sonrisa.

Y ya no insinúo
Y soy aire, y mas aire, y aire del todo,
E igualo la eternidad, y desbarato el confín.

Y soy hoy todas las partes,
Soy la unidad, soy ganador de tu sol
En el sorteo de tus luces.

Santiago Zambianchi, El Condimentador.


"Giros, existe el cielo y un estado de coma."
Rodolfo "Fito" Paez.

Hombre que escribe de pie, sobre sus zapatos profundos que han pisado dolores, y tierra, y tapas de botellas, ausencias etiquetadas con el nombre del olvido, jamas la flor, el recuerdo o los juguetes.
Me voy en tus letras hacia lugares donde hoy brilla el sol, y la tormenta desde atrás afina su lluvia.
Me quedo en las mías, en el sopor y en el suspiro, en la calma y en la tensión de la luna.
Me quedo en el sur de mis cosas, (al norte de las suyas), a medio camino entre el verso y la canción, a dos cuadras de la infancia, por oníricos senderos, en los álamos y en los alerces de mi esperanza.
Te invito al contrapunto y la poesía.
Te convido un cigarro tácito, mis tangibles espejos, mis reptiles, mis arañas, el abrigo, la mañana, la tarde y el "vermú".
A corazonazos camidanzando escribe el pequegigante hombre que valga la redundante redundancia que redunda abunda poco y escasea hombre que escribe de pie y no espera que lo esperen.

Pd: Gracias por la letras, la palabra el abrazo y la pimienta de los guisos que despedian la primavera en la embajada del ardor.

lunes, 8 de diciembre de 2008

El ENEMIGO.

Se que no son los feriados, ni el tener que afeitarse por la tarde el hastio,
ni la lluvia o el calor de las veredas que transpiran sus vapores urbanos,
no es tu recuerdo sobre la mesa olvidada de algarrobo y almendras, Abriles y meriendas de Domingos,
reviso,
recaigo,
remonto las horas,
desando los días,
y pienso,
no es la puerta entreabierta o cerrada en una siesta desmedida y callada de Diciembre y sus Santos,
no es el prologo triste que antecede navidades y excusas,
excusas y sinsabores con fuegos de artificios, vasos vacios, vicios cargados,
y las fotos con ausencias, y las ausencias con nueces.
Me ausento,
saludo y no parto,
y pienso,
no es un viaje contigo y sin mi,
no son los duelos ni los pañuelos ni las aves sin nido en árboles frondosos y los nidos con hojas
y las hojas con tinta, y la tinta con sangre
y la sangre con sangre de la herida que sangra y me cicatriza la voz.
No son los libros leídos, no son las letras terribles,
no es la canción que escribí ni la canción que me escribe.
Regreso,
te beso,
tropiezo y no caigo,
y pienso,
no es que tan alta la luna, si se me cae se rompe,
no es la fiebre del sol, ni los mareos del mar,
obstinacion de montaña,
los intersticios, la geometria y tus pasos, los fantasmas, tus ojos, tus manos,
no es que se lave la cara la verdad en los espejos,
es la mentira a deshora,
el enemigo y su sombra,
a lo que daré batalla hasta quedar sin sed, sin corazón,
sin aliento y sin ganas,
pero de pie siempre el alma por el pan y la alegría.


EL ENEMIGO.

Con una sola vez en la que el viento diga tu nombre,

mi corazón latirá muy fuerte hasta llegar.

Mientras se detenga el tiempo entre cuerpos,

como arena en las manos, la lejanía dice adiós hasta estallar.

Vuelve y siembra en su vientre una plegaria.

Sube y vuela tu mirada hacia el mar.

Y es que nada, nada detendrá mi amor.

Y hay que impedir que juegues para el enemigo.

Puedo hasta tocar el cielo en el que flotan todas almas perdidas, y mi corazón latírá muy fuerte hasta llegar.

Y si un espejo falso ves, que no responda tus mismas lágrimas, la lejanía dirá adiós hasta estallar.

Oh! regresa y hunde tu cuerpo en esta tíerra.

Sube y vuela tu mirada hacia el mar.

Y es que no hay otra oportunidad.

¿Por qué sólo es esto todo lo que tenías para dar?

Madre de la vida, por favor ilumina a la gente, o todo verdor y creación y tu amor se perderán.

Quieren imitar al sol, que se escapa en espectro dorado, y la lejanía dice adiós hasta estallar.

Vuelve y siembra en su vientre una plegaria.

Sube y vuela tu mirada hacia el mar.

Y es que nada, nada cambiará mi amor.

Y hay que impedir que juegues para el enemigo...

El Enemigo (en vivo), Luis Alberto Spinetta, 29 de Diciembre de 2001, Estadio Obras




domingo, 7 de diciembre de 2008

FAUNA.


Ustedes sabrán que las hormigas llevan todo a su hormiguero,
no obstante las aspiren o las botas las sometan,
obstinadas, van y vienen en un ordenado caos,
no esquivan el invierno,
y en la sombra del verano se doblegan,
y se adhieren,
con minúscula elegancia
a la tarea de vivir con importancia.
Ustedes sabrán, las hormigas, no preguntan.
El león ruge, y su aliento pide tregua,
la hiena ríe, en burlona algarabía, pero sus sonrisas, rancias mal destilan.
Los flamencos son rosados,
y muy blancos los conejos,
la serpiente encantadora, moraleja de veneno,
y a los pies de un arco iris,
tras la pausa de la tarde,
lee un búho unos poemas de un reptil de mil respuestas.
Las golondrinas,
por su cuenta, trascontinental esfuerzo,
inexactas por momentos, vendrán,
exacto yo al abrir mis ventanas y mi pecho,
ondular el horizonte, y apagar el velador.
Ustedes sabrán, que la noche cae despierta, y despierta esta la luna,
y en la palma de la mano,
le cabe a este hombre la fortuna.
Florecen los delfines,
y en cotejo incandescente las arañas otoñales bordan al vaivén del viento.
Soy pez que no tiene río, pero mas de siete mares,
tengo sal,
y tengo azúcar, tengo tiempo
pierdo y gano,
tras la lluvia o la tormenta,
en el ripio o en el llano,
yo te espero,
como lince solo y quieto,
como un oso sin modales,
en la jaula de los besos,
como buenos animales,
me devores sin cubiertos,
a lo largo y a lo ancho,
sin horarios ni feriados.

sábado, 6 de diciembre de 2008

TU VOZ ME LLEGARA.


Yo aún no se, si sera el sueño, la luna, o la ruta que persigue el horizonte y sus reveses, lo que confunde o me orienta, pero tu voz llega clara (indudable), como llegan esas cosas que a uno lo sacuden incuestionablemente.
No se si serán las drogas o yo en ellas, los excesos que acechan pero no embisten, las decepciones que aún no sucedieron y se decepcionaron, no se, realmente no se si sera la tristeza que hoy no siento lo que reclama corazón y tinta.
No puedo dosificar el alma, toda se me va hacia tus cosas o las mías.
No aprendí todavía a mentir con gracia, y dudo ya que lo consiga.
Y, como novedad y exclusiva, en mi sorpresa de estos días y las certezas de mañana, felicidades inesperadas me abordan.
Me recorren.
Estallan en colores y acuarelas.
Me esnifan en un brutal fragor nasal, musical, en mis suspiros de vos.
Extasiado, suspendido quedo en tus tonos.
Evanescente entre el acero y el vapor de recordarte intensamente callada, sin conocer como se pronuncian ciertas palabras en tu humanidad.
Abrazado demencialmente a mi guitarra, buscándote en las cuerdas, en su tensión la calma.
Yo me juego entero, cuando digo cocaína, cuando digo amanecer, compañera, luz premura, todo dejo en todo, aunque nada haya mañana.
Hoy el alma, el alma es hoy y así sera su ley.
Cuando nombro a la muerte, cuando la vida callo, cuando en la sombra siento la tibia luz que me revierte el corazón una y mil veces.
Afinado en do re mi fa sol la si, si te digo, si me lo preguntas.
Aquí vine acomodarme las costillas, el pulmón y los riñones.
La reconstrucción que le dicen.
Cirugía mayor de los sentidos.
La vida su nombre.
Aun no me se dosificar, pero si reconocerte entre la gente y los silencios, entre los gritos y la soledad, entre la soledad y la gente que la siembra, que cosecha hastío y maldiciones.
Aun sigo en batalla a popa y proa, en el mástil, en el timón y en el ancla, y de mascaron hacia las costas llevo mi bandera.
Mis dos o tres discursos y mi única matriz.
Tu voz me llegara, igualmente voy tras su armonía.
Sirenita, cuello largo, largo pelo, ojos limpios, norte bueno.

lunes, 1 de diciembre de 2008

ENTENDI QUE NO ENTENDIERON.

La Plata, año ocho de la centuria veintiuno.

Al queridisimo Walter, nuevamente gracias por la paz y la belleza.

Entendí que las estrellas no son mías, y que bajo la noche oscura y lluviosa, sin dilema alguno, pude pasear mi sombra, pensando, con una fabulosa sonrisa, seriamente en tu luz.
Entendí que los infames serán siempre infames, y nada mas que eso.
Infamia traen, infamia les sobra, infamia y nada mas.
Nunca serán otra cosa que olvido.
Y aquí estoy yo y los mios para olvidarlos sin concesiones ni pretextos.
Entendí tranquilamente, que tranquilo, (tan tranquilo) me alejo del oxido de los oxidados, y me voy por allí, liviano, como brisa húmeda, como energía total en el aire, luego de una brava tormenta.
Nada me alcanzo mas que tu figura, que imagino, me recorre y me cura de lo que no estoy tan enfermo aun.
Virtud elemental de tus manos.
Ejemplo contundente de tus ojos.
Señal inconfundible y cardinal.
Estoy aquí, y aquí me vine, y aquí me quedo aunque me voy de aquí.
(una y otra vez)
Quedandome en mi, soy un poco yo.
Me quedo hoy en el alma,
¿o me voy hacia la tuya mujer en el eter?
Entendí que no entendieron, y entenderé yo, que jamas querré entenderlos.
Barro tal vez, nosotros.
Ellos seguro, mal augurio.
AQUÍ Luis, para protegernos de todo mal.
Lejos de tanto, cerca de mi
(Y SIN ENTERDER PORQUE TAN LEJOS TUYO).