sábado, 13 de junio de 2009

CEREMONIAS INTERIORES.-

El sol en lo alto, el frío en las suelas de mis pasos, la tarde hoy es para mi, caparazón de una tortuga disecada, inmóvil yace su sustancia al alcance de mis manos.
Lenta, casi quieta se sugiere, insinúa su belleza de vísperas de invierno, de señales de hojas muertas, de vida renovada, de dolores imperennes, de sentires y amor en la ventana.
Soy de esta tarde, en mi interior la celebro.
Intimo de olvidos, ensayo ceremonias y afino el corazón apretando las clavijas.
Cambio cuerdas, me abrazo al instrumento, y así le pertenezco.
Me abandono en su madera, como un naufrago en medio del mar, como un viejo a su bastón, así me salvo.
El diapasón del corazón late sus notas.
Y mi canción, diadema hecha de cuerdas y corcheas.
Ofrezco el pan y soy del vino.
Resucito tu oración y me confieso.
Respiro por tres veces, te niego, vuelvo a tomar aire y siembro tu nombre en medio de la mesa.
Me purifico con inciensos de vainilla.
Tengo una corazonada de nuez en el bolsillo.
Un campo de mentas en el alma.
Me impregno de fragancias de hojalatas y vapores.
Tejo sombras y bordo la pared, pongo nombre a todos mis dientes, me abrigo, me cobijo de soledad y de suspiros, anhelo dos minutos de tu voz, la prisa de la noche que hoy me duerme, así me conmemoro de nostalgias, en esta ceremonia de las horas que se mueren sin reloj.
Presiento en la veredas las baldosas flojas de las ruinas de la historia, de todo y la humanidad, entonces vuelvo nuevamente hacia mi mismo, hacia la tierra de la infancia y del camino de mañana todavía no conocido.
Y me recorro, crepúsculo adentro, luna bien abajo en la creciente de la noche.
Bien adentro de lo mio te diviso, en los trigales de mi pecho, una espiga de oro es esta tarde.
Una voz amiga desandando las distancias, recomendado nombres, inundando la lectura de un instante eterno de ocho o nueve letras.
Naciendo los adióses en los partos naturales de las bienvenidas.
Ultimó los detalles, y repaso la postal inalterable de estas horas detenidas.
Ingreso a vivir este minuto posterior,
recién nacido,
después de todo el llanto de vivir,
yo te sonrío.

1 comentario:

Tía Luisa.- dijo...

Ingreso a vivir este minuto posterior...