miércoles, 24 de septiembre de 2008

INFANCIA.



A mi madre, por los libros y las lecturas de mi infancia.

A los hijos que están.

Y a los por venir.


DE CARAMELO Y DE LICOR.


Princesas, dragones, silencio, canciones,

miradas, sonrisas e ingenuas malicias.


De brujas y hadas, de flores y espadas,

cuarenta ladrones no te roban nada.


Bosques encantados, castillos dorados,

y torres que encierran preciosas doncellas.


Quimeras, enanos, corceles alados,

de ogros, de duendes, de mágicos puentes.


Estribillo: De caramelo y de licor, bajo la luna o bajo el sol.

Sierra, colina, río y mar, siempre hay historias que contar.


De reyes y reinas y campos de avena,

Quijote y molinos sin prisa el camino.


Tesoros guardados, piratas malvados,

tibias, calaveras, conquistan aldeas.


Fábulas, leyendas, cuentos de merienda,

y noches al fuego, de mitos, de miedo.


Del hombre, del niño, no esconden los libros,

verdad, fantasia, misterio y poesía.


En este ultimo tiempo pensé mas de lo habitual en aquellos años de exhuberante te con leche y verde en las rodillas, las siestas mas largas del mundo y la mas tímida luna que me comenzaba a mirar.
Pensé en los años y su peso relativo, y su peso esencial.
Pensé en los amarillos y rojos del sol, y en casitas humeando con palomas en v y gaviotas sin mar.
Las catedrales que se han caído, las que siguen en pie.
Pensé en interminables escaleras de edificios interminablemente feos que subía y bajaba con una ingenuidad, que de algún modo, hoy, un poco conservo, pero con otros verbos, en poder de otros sustantivos y con adjetivos que adjetivizan furibundos.
Me vuelven el desvelo y el sueño, el llanto las risas las ganas, las medias rotas y las palabras sanas.
Me vuelven las lecturas, y una sonrisa irreprochable se me dibuja sin mas, me acelera el corazón de la buena memoria.
Altísimas horas de altísimas noches de lectura, que hoy en la canción que antecede esto que escribo, las sugiere, sin nombrar autores, ni nombres, de los fabulosos libros que me atravesaron con Dios y sin él, con pan y sin miel, con miel y sin flores, con flor y sin mi.
Una misma mujer de distintas historias; se representa de curiosisimas formas en una única y en todas las edades, las enhebra en el eterno hilo conductor de las horas por las venas del tiempo.
Una misma mujer y sus mil caras, y sus mil besos para el único sueño.
Una misma mujer y todos sus reversos, y todo lo tangencial de su porvenir.
Una misma mujer para mi noche, y para todos mis nombres del único hombre que los posee...
Una misma mujer: La infancia.
Hoy besa al hombre que regresa para volver a partir.
Hoy regreso releyendome, repaso las paginas y me repito.
Hoy vuelvo por la felicidad que me reclama.



3 comentarios:

Barbazul. dijo...

Vuelve hermano mio que en esa direccion estamos unos cuantos, ya tengo listo el te con leche y las tostadas con mermelada, nos espera una larga jornada de 1 contra 1 en el costado del garage, vuelve que te ayudo a no despertar para que el recuerdo eterno nos regocige el alma, vuelve para volver a ser, vuelve para seguir siendo,vuelve a ti que es lo que mas importa.
Abrazos del alma y desde el rincon,mi brother querido.....

Barbazul. dijo...

PD: No te canses nunca de cansar.....
jaaaja.

El Cochinillo exquisito. dijo...

Ruso del alma, blasfemador profesional de cadencioso ingenioso insulto, picardia justa a la hora exacta, como puede ser que me alboroten tantos tus placeres, un abrazo gigante, como te quiero chaval !!
Te adoro.

Exquisitos saludos.
Mentor de
"Los Exquisitos Cochinillos"