viernes, 19 de septiembre de 2008

GUITARRA, ALGUIEN NOS MIRA ALLÍ.

A Matías Halpin, a su guitarra increíble, a su barba real.
A su amistad, la luna agradece.

" Si empiezo a desconfiar, de mi suerte estoy perdido, pues tengo ideas, cada vez menos atrevidas, pero cerca, aquí cerca el lobo aulla, despertando al mal hombre, al mago BUENO " Mi genio Amor.
Inédito.
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

¿ Si supiera que decir todo seria mas fácil ?
¿ si supiera acaso que escribir cambiaria algo ?
¿ si dijera lo que quieres escuchar, como se pondría la cara buena de la luna ?
La mueca del cielo, es en lluvia por estos días, la noche en cambio, es una solida copa de vino, nocturno, corpóreo, sustancialmente etéreo.
La melodía volvió a la guitarra.
Toco prodigiosa en la aurora.
La mañana no dolió mas que otras veces.
El día es una excusa para pensarte.
Una gárgola muestra los dientes en plena sombra, quiere volar con sus alas de piedra, quiere, desde arriba, mirar los techos que la encarcelan.
La vida de piedra, la piedra vital, la piedra en las piedras de la verdad.
¿ Alguien vera desde arriba los techos ?
El hombre ejecuta su música, la sorda muerte se sienta a escuchar, la vida baila liviana, y con su blanco pañuelo quiere enamorar, quiere embrujarse en zamba.
Asisten las copas al prado de la sed, los ríos, en la mesa, desbordan su caudal.
Un amor en el aire parece observarlo todo, no habrá flores en la tumba, no habrá tumba ni muerto, todo de repente se puso muy despierto, y en el horizonte, sobre la pared, quiere dibujarse el sol.
El hombre ejecuta su música, dispara sus notas de libertad.
Un fantasma lejano se acerca envuelto en su pálida sabana, sonríe, y luego se seca una lágrima. Un rayo dorado estalla, como en un pacto milenario recorre la canción.
La casa se desvanece...
Una mujer baila descalza. Una mujer se enciende en el viento.
Ya no estoy yo, ya no esta el hombre, solo la música.
Alguien, allí.
Alguien.
La laguna se ve preciosa, el cielo se observa azul.
La gárgola no volara hoy.
La muerte no estrenara pollera.
Los dioses no arrojaran los dados de la miseria.
Los ríos no irán al mar, líquidos, buscan tu puerta.
El cielo caerá feliz.
La luna no estará muerta.
El sol te sabrá seguir.
El viento no tendrá pena.
El sueño pronto vendrá a dormir en tu cabellera.
El mar podrá descansar, y dormirá con la arena.
Alguien nos sonríe allí...
Alguien rompe las cadenas.

1 comentario:

Unknown dijo...

A pesar de todo puedo decir que en la distancia puedo encontrar cosas que me reconfortan. No es el mejor estado, pero me hace ver lo importante de verdad.
Gracias por acordarte hermano y ojalá que el adiós no se alargue.
Barba.