¿Que puede hacer uno en la fatalidad o la bendición del despertar del día que sobre las horas que cumplen su suerte su herida desenvaina en dolor o sonrisa?,
¿Que se puede hacer sobre la perpetua condición del tiempo, en la ronda dorada del sol sobre el mundo o moneda de bronce?.
Sobre las sequías de un cielo sin cielo llueve una mujer mi insomnio bisiesto.
Que puedo hacer yo?
La miro de lejos, le alineo los astros, me someto al ritmo que dicta su pelo, inquieto en la noche me marca el compás que galopa el sueño,
braza de la noche, así arde el amor sus amores secretos,
la pesadilla brava ya no me quita el sueño,
corazón impronta ley de los latidos,
mas no sera jamas lo que jamas ha sido sin querer querer,
corazón adrede es el que ha de ser si quiere,
galope del beso que despierta libre la mañana leve,
los labios del viento sobre el rostro ajeno de mi propio espejo,
sobre los renglones de un tenue silencio que nombran el verso de un poema quieto en brutal movimiento,
un pequeño instante.
Debe ser el Sur quien nombre su Norte, la tormenta quien grite su trueno, debe ser la luna de noche su luna,
ha de ser la historia testimonio vivo que dictan sus muertos,
ha de ser tu voz la voz firme y clara y la sentencia infame de esta gris condena,
silencio de pez, loca maldición, (este y otro) embrujo mudo de callar la pena salada, inmensa del mar.