lunes, 6 de abril de 2009

ELLA A LA CARTA (Y VINO DE LA CASA).-


Me llama y yo la escucho,
a punto cardinal y todos los sentidos,
(suelta su parlamento, sin miedo, sin prejuicios).
Ella, hoy, es a la carta,
yo acudo sin cubiertos y Domingo,
con el saldo a favor de ciertas horas sin derrotas,
con silencios compartidos en silencio.
De mi, a sus antojos ella hace,
(lo que hace),
con sol o sin motivos que motiven su sentencia.
Mi vino sin su pan,
la soledad (nuestra) de cada día compartida;
un libro fabuloso al borde del llanto en medio de la mesa,
el frío ardor de aquellos vicios,
(fueron fuego intenso sobre la sal y el universo),
las cenizas que quedan y amenazan,
(como a las olas kamikazes a la orilla y las estrellas),
el alma y las respuestas sin preguntas que me acechan.
La realidad insiste siempre a pesar de todo miedo,
(como también insisten las tormentas, las mañanas o la muerte).
En medio de tu nombre grita la noche y la ciudad,
las sombras de un amor inmemorial prenden la luz,
yo cierro los ojos cuando ella lo sugiere...
(guitarra compañera, corazón latiendo en tu madera de lealtad).-

2 comentarios:

mesterblog dijo...

que hacer cuando el interrogante no esta en la madera sino en el oyente imposibilitado? que hacer cuando uno no sabe leer la carta o las partituras?
que hacer exquisito...que hacer?

abrazo querido!

Juliana Fortini dijo...

Volví, revolucionada pero volví... quizas e vuelva a ir, quien sabe...
¿¿¿¿¿Como estas exquisito????