domingo, 8 de febrero de 2009

AMANECE, AMANEZCO Y TE VEO.

Aquí estoy casi al tanto de tu magia, absorvido por la sonoridad de la mañana silenciosa, se que estas allí, casi mirándome clarisima en mis delirios, y tan atinada en mi imaginación que te imagina.

No olvides que te veo, en mi ventana, y en todos los espacios de la luz, yo ya no puedo dormir, es irremediable por estas horas, por estos días, en este siglo ausente de mi amor entre tus cosas, del amor en el aire que trae la maravilla, pero igual te sigo soñando en mis brazos despierto.

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