martes, 1 de septiembre de 2009

NO POEMA.-

En la tinta noche de esta tarde indeleble me disuelvo, evaluo la posibilidad de conciliarme con revelaciones secretas y espejos sostenidos en el aire, con la solidez de una esperanza a temperatura ambiente bullo y cambio de forma.
Indago a mis pulmones, cuestiono al corazón y doy tregua a la nariz, los riñones y la lengua; pido por cada uno de mis dientes, y excomulgo las culpas de las nubes que no llueven, me santiguo por mi pagana sonrisa, y no llamo a silencio a mis silencios.
Erradico toda posibilidad de lamento, pues estoy vivo y sobre mis dos piernas, tengo apetito y paladar, horizonte y madrugada.
Serias y livianas intenciones las mias de estar vivo y reafirmarlo.
Las calles como una sucesion de laberintos ordenados, como una execrable propuesta del orden absurdo de los días y sus secuaces;
entonces yo desordeno todo lo que el todo me sugiere y las regalo a mis antojos sin agravios ni penas, y las doblo en esquinas como doblan las campanas sus latidos.
De un estado a una frontera, de una bandera a un río indomito, de un pais a cualquier patio, sin viento o con tormenta, sin cardinal o brisa breve, sin dos manos o pulso firme igual se mueven los caminos, y asi me muevo yo por estos días, por moverme,
por moverme, asi, sin mas razón que el movimiento,
sin perder un solo verso en el intento,
en el intento del poema que aún no escribo y me camina.

2 comentarios:

Marina Agra dijo...

"En la tinta noche de esta tarde indeleble me disuelvo"... Un comienzo increíble para un final de poema que camina que no puede ser más nostálgico, a pesar de que este relato realza el movimiento. Siempre es un gusto leerlo, Cochinillo. Celebro el regreso!

Sanchestelman dijo...

VOLVIÓ LA LUZ A LA SENDA DE LA PALABRA.
DONDE ANDABA, SEÑOR POETA!?
ABRAZO DESDE EL SUR