viernes, 1 de mayo de 2009

PEQUEÑA ORACIÓN MONTAÑA.-


Impetuosa y prepotente, como las revoluciones, la violencia de los ríos en su furiosa puñalada de corriente,
solida como un pedazo de verdad,
irrefrenable, contradictoria, en porciones de ansiedad en el desequilibrio de los riscos;
una descomunal montaña crece hacia el oriente bajo, hacia adentro, hacia la cima inversa del cielo y sus reveses.
Como un terrible poema en el lomo de un centauro enardecido.
Despeña el tiempo sobre sus ripios lacerantes, quiebra la cueca existencial del alma, el viento y las mareas,
un silencio alpinista, un descenso al revés.
El miedo reconoce sus miedos, y el amor su irreversible cuando desanda la cumbre de un profundo y blanco abismo en medio de la noche en la noche de todas las noches.
Escalo peligrosas palabras, no escatimo esfuerzo, sol ni primavera, y miro hacia abajo y hacia arriba y no encuentro preguntas para las respuestas que ascienden sobre el diáfano corazón en las alturas, (los pies y las manos en la tierra).
La sombra de la sombra del mundo se reduce a un puñado de materia incandescente sobre peñascos del olvido.
Una mujer dorada se sueña en su paciencia, y sobre un valle insoslayable,
(que llaman eternidad),
baila una danza atemporal a orillas de una mirada de sal y sugerencias de horizonte.
Elevo brevedades y me extiendo, no intento callar a mis suspiros y desato tempestades, afilo un tridente de centellas como los cuernos el Diablo,
como Dios a sus tristezas dogmatiza,
provoco las sospechas de los truenos y sentencio con la risa las vísperas de lluvia.
Desde el fondo de los fondos de un espejo observo los días venideros, respiro inmensidades, amo y señor de mis miserias,
todos buscan ferozmente tu conquista y pretensiones de fálicas banderas.
Yo te exijo con el pan de mis esfuerzos,
con las flores que fecundan tus secretos, soy el que recorre día a día tus formas perplejas y crecientes, con un sencillo anhelo insuperable de caverna, de manitas apretadas en todos y un único sueño que despierta en la tibieza del amor y sus extremos,
estallo sobre los cimientos de un beso matinal que nos construye.

5 comentarios:

Sanchestelman dijo...

fragmentos, fragmentos de un poema interminable es usted, mi queridisimo poeta del sur!

abrazo fuerte

Anónimo dijo...

Estoy encantada con esta "Pequeña Oración de MOntaña", una descripción perfecta de lo que siento al ver una.

ella dijo...

he dicho hola!!
A mi me pasa exactamente lo mismo que el comet de arriba cuando veo una montaña...

Álgido el asunto de las montañas, asi como un terrible poema en el lomo de un centauro enardecido, atemporal vive. Que destello de tembleques y tempestades esta nos sugiere!!!!
Le dejo un beso jijena y cuide su pabellón, no por las agujas de tejer solo por los detalles.

la oda a la piedra es de lo mas bonito que escribiste, abrazo

El Cochinillo exquisito. dijo...

Mujer eterea que decide bañar de ciertas energias mis palabras.-
La quiero casi como la guitarra que se muere sin cuerdas y yo lloro.
Besos mujer, gracias por leerme.

PD: Gracias a todos por su tiempo, gracias...

despojada dijo...

me gusta mucho... un beso que te construye
cariños despojados