martes, 12 de mayo de 2009

EN EL NOMBRE DEL POEMA. -


"Son ciertas las memorias y la soledad.
La vida es cierta, y el olor a lluvia.
Todos estos días son ciertos.
Es cierto el pez
(como no lo dije antes).
El deseo de cambiar las cosas.
Entrar en los cafés es cierto, y salir al mundo.
Agarrarse de él un solo instante."

Miguel Barnet,
Todos estos días.

Citado en el libro
"Salvo el Crepúsculo",
Julio Cortazar.-


Se erizan las estrellas en la piel de la noche,
las lágrimas al sol y el frío a la sonrisa,
tibia,
liviana,
los pies del silencio me caminan las manos,
fugaces,
cercanas;
el tiempo reposado en su tiempo, la lluvia mojada en su lluvia.
La casa, como un detalle indiferente del mar y el universo,
se suspende en la tormenta de los días.
Un revés de calor en la mejilla, una incertidumbre marcada en la frente,
una emboscada al corazón,
(Ella de belleza, ella)
rodeándonos la vida.
Ni siquiera antes de que yo supiera
lo que sé tan cierto.
Las aves por la tarde,
a la hora del té y los pensamientos
(un suspiro azul, su avellana en la mirada).
Emigran estaciones, sin anden ni trenes muertos,
pañuelos de colores avivando el horizonte, avanzan anhelantes.
Un ápice de luz es en la luz un grano de sal,
(en la sal),
quizás una inmensa verdad en la letra y la palabra,
un pellizco de arena en la herida del mar,
una pequeño nacimiento en la muerte diaria de la muerte.
¿Donde esta viviendo la vida?
Ni siquiera antes de que yo supiera lo que sé tan cierto.
(Ella de belleza, ella).
Llovizna de Mayo tu risa de Abril,
quietud de las nubes,
duda del viento.
Una caravana de botellas,
lo se.
Una pregunta en la pregunta,
lo se.
La prepotencia de aquel libro necesario,
lo se.
En el nombre del poema y el nombre de los nombres de los hombres,
examino humanidades, excusas y respuestas.
Los exordios de un amor,
la palabra callada de sus labios.
El velo de la tarde y la misteriosa hora señalada se revelan,
ni siquiera antes de que yo supiera lo que sé tan cierto.
Bajo un pino puede la belleza ser tan solo belleza bajo un pino,
sobre un puente cruza un río,
ejecuta amaneceres,
sirve su centella sin razones de tormenta,
desnuda la pradera,
así,
sin jactancia alguna la belleza.
Ni siquiera antes de que yo supiera lo que sé tan cierto.
En el nombre del poema todas mis palabras dan la vida.
Todos los minutos, incendian su frondoso follaje de ansiedad,
sus horas de madera,
su bosque en forma de reloj.
¿Que inquiere la muerte?
La vida, la sentencia justa del destino.
Ni siquiera antes de que yo supiera lo que sé tan cierto.
Aquel Febrero,
aquel calor insistente que aun hoy nos acude.
Las veredas, mis zapatos, la memoria, los rituales mínimos de la domestica fe que nos recibe,
sin cruz y a todo cielo.
En el nombre del poema.
Ni siquiera antes de que yo supiera lo que sé tan cierto.

3 comentarios:

El Cochinillo exquisito. dijo...

Casi te lo dedico, casi...

juanaroggero dijo...

Más resacas para usted si generan tanta belleza!! CIERTAMENTE muy musical, podría ser canción... Lo cierto se "sabe" (se saborea).

CARIÑOS CIERTOS!!

ella dijo...

Las veredas, mis zapatos, la memoria, los rituales mínimos de la domestica fe que nos recibe,
sin cruz y a todo cielo.

Y las aves de este cielo?

Y Las aves ......

por la tarde, a la hora del té
con los pensamientos en un revés de calor en las mejillas,
como incertidumbres marcadas en la frente,
donde se erizan las estrellas en la piel de la noche, cuando ellas transitan,
como emboscada al corazón,

y sus lagrimas?

y sus lágrimas al sol y al frío la sonrisa,
tibia,
liviana, como pellizco de arena en la herida del mar

entonces...

En el nombre de un poema,
sin jactancia alguna a la belleza.
y en el nombre de este hombre que escribio este poema.

Hermoso!!!!

Abrazo inmenso