En memoria a Mario Benedetti, el poeta.
Se fue por Montevideo.-
Se fue por Montevideo,
¿quien sabe bien a que hora?,
si fue a la hora de los trenes, o del canto de los gallos,
del diario matutino, o de un silencio de escenario,
de las fabricas y las manos minerales,
del sello y los papeles a las siete de la tarde.
Solo diré, que se que se fue por Montevideo.
Ya crecí, no como crecieron sus páginas, pero crecí.
En sus letras se llevo mujer tarde y ventana.
Se fue por Montevideo con su valija de fuego, con su exilio de la sombra, por el medio de una calle hacia el Río de La Plata.
Se fue por el oriente, hacia la muerte, eso que ya se sabe de la vida.
Se fue por Montevideo.-
Se fue por Montevideo,
¿quien sabe bien a que hora?,
si fue a la hora de los trenes, o del canto de los gallos,
del diario matutino, o de un silencio de escenario,
de las fabricas y las manos minerales,
del sello y los papeles a las siete de la tarde.
Solo diré, que se que se fue por Montevideo.
Ya crecí, no como crecieron sus páginas, pero crecí.
En sus letras se llevo mujer tarde y ventana.
Se fue por Montevideo con su valija de fuego, con su exilio de la sombra, por el medio de una calle hacia el Río de La Plata.
Se fue por el oriente, hacia la muerte, eso que ya se sabe de la vida.
2 comentarios:
Estuve un ratito curioseando: gracias. Me apunto el nombre de Alfredo Zitarrosa.
Me gustó mucho también el vídeo de Atahualpa.
gracias!
un último adios...hasta que nuevamente abra su libro.
Saludos,
mester
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