A la montaña la llame paciencia y paciencia tuve para en la urdiembre que dibujan los ríos del destino escribir el secreto de la tarde, perseguir gaviotas en los sueños, caballos salvajes en la fe, y un indomable sentimiento en la pradera entre el ombligo y la garganta; y en las orillas de los días, a la luna taciturna inquietarla de canciones sugería mi guitarra, (y fuego al sol hielo a los vasos), milenaria percusión a los buenos corazones.
Y dije corazón que estas pensado cuando sientes.
Al pasado lo llame pasado y a la historia recuerdo de las cuestas ripiosas de la vida, dije fuego eres al fuego semejanza; umbral a la esperanza, vino a los besos, besos al pan y al sacrificio de la boca de tu boca.
Llame santa a mi madre, necesidad llame a las revoluciones en cualquier esquina, utopía a todos los patios revolucionados, y papá llame a mi padre.
A la ruta camino le dije, absurdo a los relojes, temor a las cadenas.
A los dragones los llame a los gritos y a mis gritos los llame leones, los llame con las orejas y los ojos cuando tuve que llamarlos sin que nadie escuche.
Alimento le dije a la poesía, felicidad a los cuentos de mi infancia, milagro le dije a la noche desnuda y femenina, árbol yo le dije al árbol, hijos no lo he dicho todavía.
Cirugía le dije al pensamiento, al amor, le dije valentía.
Adiós te dije a ti.
Así.
Así nombre a la despedida.
Como nombro yo lo mio, incapaz.
(con pragmatismo).
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de 2023
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Un espacio para empezar a mostrar y repensar el trabajo en función de una
primera socialización cuidada, con personas que escriben con pasión y
consta...
Hace 1 año